El Buenísmo en el arbitraje de esgrima.

Al hilo de la última remesa de árbitros de la Sala, ha salido a debate el tema tan traído y llevado del "buenísmo en el arbitraje de esgrima", no cabe duda que como dice un buen árbitro nacional, los árbitros en esgrima no podemos ser "pistoleros con tarjetas cuando arbitramos", hasta ahí estamos todos de acuerdo entiendo.

Pero de ese extremo al de no "sacar ninguna tarjeta" a mi juicio hay un gran trecho.

 

El "sacar tarjetas" durante el desarrollo de un asalto, lo entiendo como un buen conocimiento del reglamento y una señal de profundo respeto a los esgrimistas a los que estamos presidiendo en un asalto, ya que actuar de otro modo, puede parecer otra cosa, a saber, desconocimiento del reglamento, lo que provoca inseguridad en el árbitro a la hora de arbitrar, e incluso dar la imagen en una connivencia con el infractor, que aunque manifiestamente vulnera el reglamento, y no es sancionado por ello.

 

Es interesante que los árbitros de esgrima hayamos sido antes tiradores y que recordemos lo que es estar dentro de una pista y lo que supone en ocasiones sufrir la arbitrariedad o la "injusticia" arbitral.

 

Los árbitros deben estudiar, deben repasar el reglamento antes de cada competición, deben repasar las tarjetas, e incluso no debe dar vergüenza llevar una copia del t.170 impreso en la carpeta con la hoja de poule o de eliminación directa, y de hecho les animo a ello, si es una conducta correcta en el árbitro internacional que preside una prueba del campeonato del Mundo de esgrima, ¿no lo va a ser en los árbitros autonómicos?

Los árbitros se deben ceñir al Reglamento, que es su guía y "conocerlo al dedillo", no debe causar rubor, preguntar una duda a los árbitros más veteranos, porque creo que es nuestra obligación, velar para que los árbitros noveles, sean responsables y coherentes con sus decisiones.

 

Del mismo modo, que sin una esgrima base, nuestro deporte desaparecería, sin la presencia de árbitros profesionales, preparados y responsables, la esgrima está condenada a la extinción.

 

En resumen.... es un grave error el mal entendido "buenísmo en nuestro deporte"